Bitcoin no es la respuesta a una sociedad sin efectivo según el BCE

Artículo de opinión de Benoît Cœuré, miembro del Comité Ejecutivo del BCE y presidente del Comité de Pagos e Infraestructuras del Mercado del Banco de Pagos Internacionales (BPI), en coautoría con Jacqueline Loh, presidenta del Comité de Mercados del BPI, publicado en el Financial Times el 13 de marzo de 2018

La próxima semana, los diseñadores de políticas del Grupo de los 20 discutirán Bitcoin y otros tokens digitales basados ​​en blockchain. Tales criptomonedas son pobres imitaciones de dinero. Casi nadiepone precios de bienes en bitcoin, pocos los utilizan para pagos, y, como una tienda de valores, no son mejores que los juegos de azar en un casino. Los formuladores de políticas están justamente preocupados por los abusos de consumidores e inversionistas, así como por el uso ilícito.

Sin embargo, aunque Bitcoin y sus primos son algo así como un espejismo, podrían ser una señal temprana de cambio, al igual que Palm allanó el camino para los teléfonos inteligentes de hoy en día. El efectivo no será el rey para siempre, a pesar de que todavía gobierna en muchas partes del mundo. Una nueva investigación del Banco de Pagos Internacionales (BPI) muestra que los pagos no monetarios casi se han duplicado en tamaño, como porcentaje del PBI, desde el cambio de siglo. Algunos países nórdicos ya están reduciendo el efectivo. Y es más probable que iGeneration busque una aplicación de pago que un monedero. Para sus hijos, los billetes y las monedas pueden parecer objetos de museo.

Estas tendencias han provocado una discusión sobre si los bancos centrales deberían emitir sus propias monedas digitales. Un nuevo informe sobre las monedas digitales del banco central (CBDC), publicado hoy por los dos comités que presidimos en el BPI, prepara el escenario para este importante debate.

¿Qué es un CBDC? La respuesta va al corazón del dinero y los pagos. En la actualidad, los billetes y las monedas son la única forma en que los consumidores pueden acceder al dinero del banco central. El dinero en su cuenta bancaria en realidad es proporcionado por un banco comercial. Su banco se compromete a cambiar ese dinero por efectivo cuando vaya al cajero automático. Pero cuando paga facturas en línea o pasa su tarjeta de crédito, está utilizando dinero del banco comercial.

Bajo el sistema actual, solo las instituciones financieras tienen acceso directo al dinero del banco central digital a través de cuentas en su banco central nacional. Un CBDC orientado al consumidor extendería ese acceso a todos. Aunque esto podría no parecer un gran paso para los consumidores con conocimientos digitales, podría tener ramificaciones de gran alcance para el papel del dinero, el sistema financiero y la economía.

Por ejemplo, un CBDC para todos desafiaría el modelo actual de bancos que toman depósitos de clientes y usan ese dinero para financiar los préstamos que ayudan a impulsar la economía. Las consecuencias para los modelos comerciales de los bancos y la estabilidad financiera deberían analizarse cuidadosamente.

Bajo el sistema actual, solo las instituciones financieras tienen acceso directo al dinero del banco central digital a través de cuentas en su banco central nacional. Un CBDC orientado al consumidor extendería ese acceso a todos. Aunque esto podría no parecer un gran paso para los consumidores con conocimientos digitales, podría tener ramificaciones de gran alcance para el papel del dinero, el sistema financiero y la economía.

Por ejemplo, un CBDC para todos desafiaría el modelo actual de bancos que toman depósitos de clientes y usan ese dinero para financiar los préstamos que ayudan a impulsar la economía. Las consecuencias para los modelos comerciales de los bancos y la estabilidad financiera deberían analizarse cuidadosamente.

Más fundamentalmente, ¿necesitamos un CBDC? Los acuerdos de pago existentes, basados ​​en dinero comercial, ya están provistos digitalmente y son cada vez más convenientes, instantáneos y disponibles las 24 horas, los 7 días de la semana. Sin embargo, si el efectivo desapareciera, habría un caso más sólido para considerar un CBDC. De lo contrario, el público sería totalmente dependiente del dinero comercial, y la confianza en la moneda, un bien público clave, dependería de la solvencia de las entidades comerciales y de las tecnologías de pago específicas. Sin embargo, a pesar de la creciente popularidad de los pagos electrónicos, la sociedad sin efectivo aún no ha llegado. La demanda de billetes de banco sigue creciendo en muchos países.

Si llegara a suceder, un CBDC tendría que ser tan conveniente para los consumidores y las empresas como el equivalente comercial. Tendría que ser a prueba de hackers. Si queremos detener el uso ilegal, no debe otorgar el mismo anonimato de efectivo a los usuarios. Pero dar a los bancos centrales una cantidad de información sin precedentes sobre individuos es igualmente controvertido. No hay una solución única para todos.

En resumen, pensar a tiempo sobre el futuro del dinero es oportuno en vista de las nuevas tecnologías y el uso creciente de los pagos electrónicos. Aún así, aún no está claro si los CBDC para consumidores y empresas son necesarios o deseables. En otras palabras, el jurado todavía está fuera y la respuesta diferirá claramente de país en país.

Lejos del ojo público, el cambio también puede estar sucediendo y quizás más pronto. El informe BIS busca un segundo modelo complementario de CBDCs dirigido a instituciones financieras que se basarían en las tecnologías blockchain subyacentes a bitcoins. Esas formas simuladas de dinero del banco central digital podrían ayudar a simplificar muchos de los engorrosos procesos de liquidación y liquidación que actualmente se necesitan para completar operaciones de valores y divisas. Hasta ahora, sin embargo, los experimentos del banco central con tales formas de CBDC no han mostrado beneficios concluyentes para los pagos mayoristas y más allá, pero la tecnología y el diseño están evolucionando rápidamente.

A pesar de sus muchas fallas, bitcoin ha puesto de relieve un viejo fallo de nuestro sistema actual: pagos minoristas transfronterizos. Dichos pagos no solo permiten a los compradores comprar fácilmente productos en línea desde el extranjero, sino que también permiten que los trabajadores extranjeros envíen dinero a sus hogares, lo que respalda la inclusión financiera y el desarrollo. Sin embargo, estos canales de pago suelen ser mucho más lentos, menos transparentes y mucho más caros que los nacionales. Las mejoras aquí son la mejor forma de superar el desafío de bitcoins.

Vía BCE